¨Se trata de una sustancia que está distribuida por todo el organismo, forma parte de las paredes celulares y es precursor de muchas hormonas. Cuando se encuentra elevado en la sangre tiene un efecto sobre el desarrollo de la ateromatosis, es decir, de la enfermedad arterioesclerótica de las arterias¨, explicó la coordinadora general del Programa Provincial de Diabetes, Cristina Du Plessis.

¨Esta enfermedad es un proceso que se desarrolla muy tempranamente, de hecho, hay niños que ya tienen el precursor de la placa ateromatosa llamada estría grasa. Esta con el tiempo se transforma en una placa que será un depósito de las arterias que progresivamente van creciendo y ese depósito puede, en algún momento, romperse y desencadenar un proceso de trombogénesis produciéndose una obstrucción aguda de la arteria dando lugar, por ejemplo, un infarto de miocardio o un ACV¨, detalló la referente.

En tanto, advirtió que quienes tienen más riesgo de sufrir esta patología son las personas con factores de riesgo cardiovascular, con hipertensión arterial, diabetes y tabaquismo.

Con respecto a la sintomatología que pueden presentar los pacientes que padecen esta enfermedad, la especialista dijo: ¨Generalmente no hay sintomatología que advierta esta situación. Los pacientes pueden referir zumbidos o mareos, pero es necesario realizar control de laboratorio. Puede haber signos de alteración de lípidos en la sangre que lo puede observar el profesional, como, por ejemplo, depósitos amarillentos alrededor de los ojos o codos, o, también puede haber un circulo blanco en el iris del ojo¨.

En general, esta patología aumenta con el transcurrir de los años, es más frecuentes en mujeres después de la menopausia, y en hombres a partir de los 45 años, por lo que esta población requiere de un control más exhaustivo.

El colesterol se clasifica en HDL (colesterol de alta densidad), en LDL (colesterol de baja densidad) y colesterol intermedio, que generalmente no se dosa regularmente: ¨Siempre medimos el colesterol total, el HDL que es el bueno, y LDL o colesterol malo¨, diferenció la endocrinóloga.

Entre los valores normales del colesterol, la referente explicó: ¨Siempre se dice que, para prevenir la progresión de la enfermedad arterial, el colesterol LDL debe ser menor a 130, si no existen otros factores de riesgo. Si la persona es diabética o fumadora, ese colesterol debe ser menor a 100. En el caso de que la persona ya haya tenido un evento cardiovascular, debe ser, en todos los casos menor a 80¨.

Alimentación saludable para controlar el colesterol
Du Plessis aclaró que, en el colesterol circulante, el 80% es por formación hepática, es decir que el propio organismo lo produce. Y el 20% está relacionado con un plan de alimentación. Por ello, recomendó alimentos que son protectores y que, no sólo disminuyen el colesterol total, sino que aumentan el HDL.

Entre ellos, mencionó: pescados de mar de aguas profundas, como por ejemplo el atún, el jurel, la caballa y las sardinas, siempre limitando los enlatados por su alto contenido en sodio. En caso de optar por esta última opción, el alimento siempre debe estar en estado natural, no en aceite.

Además, indicó frutos secos, almendras, nueces, alimentos con alto contenido en fibra como frutas y verduras, legumbres, aceite de oliva, es decir una dieta equilibrada lo más parecida a la mediterránea, la cual demostró tener beneficios en la protección cardiovascular. Para finalizar, recomendó consumir en menor medida, o evitar: amasados de panadería, pastelería, snacks, fiambres, salchichas, hamburguesas, patitas y hamburguesas procesadas, frituras, entre otros.

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