La atresia de esófago es una malformación congénita que consiste en la falta de continuidad de este órgano. En los bebés que presentan esta patología, el esófago tiene dos secciones separadas que no se conectan.

La cirugía para corregir esta malformación puede ser riesgosa y no existen registros de operaciones exitosas en bebés de menos de un kilogramo de peso. En el Instituto de Maternidad se realizó esta intervención a una bebé que nació de forma prematura con 760 gramos.

Ricardo Soria, integrante del equipo de cirugía pediátrica neonatal de la Maternidad, comentó que esta paciente fue diagnosticada con atresia esofágica tipo 3, con el esófago incompleto en el tramo del medio: “Para esta cirugía novedosa lo que se hizo fue ingresar por la barriga y anular el esófago. Se esperó durante dos semanas y media que crezca el esófago de abajo y el esófago de arriba”.

A la tercera semana, cuando la paciente ya había aumentado de peso y había mejorado su maduración pulmonar, con una segunda cirugía llamada “anastomosis esofágica terminal con ligadura de fístulas y sutura traqueal” se logró unir los dos tramos de esófago. “Le dejamos puesta una sonda que llegó hasta el estómago y empezamos a darle de comer por ahí” agregó el profesional.

El resultado de la cirugía fue completamente exitoso y la paciente se encuentra en “óptimas condiciones, batallando las patologías asociadas a su prematuridad, la madurez pulmonar, la madurez neurológica, la visión, los oídos y demás”.

Esta intervención pudo realizarse gracias a un trabajo en conjunto entre el equipo de cirugía neonatal de la Maternidad que está integrado por los doctores Navarro, Paladini y Soria, y el equipo de cirugía itinerante del Ministerio de Salud Pública integrado por los doctores Silva, Puga, Linares, Navarro y Dingebam.

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