“Si bien es una enfermedad asintomática, muchas veces llamada enfermedad silenciosa, la evaluación de la presión arterial debe ser de rutina en niños sanos a partir de los 3 años de manera anual, en cada control pediátrico durante toda la infancia”, aseguró la jefa del Servicio de Cardiología, Patricia Baselga.

La hipertensión infantil es una patología que es relativamente de menor incidencia o rara, en comparación a la población adulta, que puede resultar una problemática vinculada con trastornos alimentarios en niños referidos al sobrepeso y la obesidad infantil.

Baselga dijo que la causa más común por la cual los niños tienen hipertensión, están relacionados a problemas renales, por lo que, en la primera consulta se realiza una evaluación de la función renal. En tanto, explicó: “Los valores de presión no se asemejan a la de los adultos, de hecho, no existe un valor estándar en niños ya que estos están relacionados al sexo y la talla del paciente, esto será compatibilizado con una tabla de valores normales para la población argentina de la Sociedad Argentina de Pediatría”.

Con respecto a cómo se determina que el paciente puede tener hipertensión, la referente comentó: “Luego de tres tomas sucesivas de valores anormales, si estos son persistentes de forma elevada, se puede considerar que el niño tiene de hipertensión, por lo tanto, no se trata de un diagnóstico que se hace en un instante, sino a partir de reiteradas consultas”.

“En el caso de las emergencias hipertensivas, donde el paciente presenta valores muy elevados pueden, en ocasiones, darse a través de síntomas como, por ejemplo, problemas visuales, cefalea intensa, debilidad generalizada, donde se puede observar los daños que ha producido esta patología en el niño”, aseveró la especialista. Con respecto a esto último, explicó que, en algunos casos, se requiere de la internación del paciente para propiciar un tratamiento específico.

“En el caso de que el niño no tenga síntomas, se estudia la causa ya que, muchas veces habiendo existencia de una enfermedad como la renal, se trata ese tema específico y la hipertensión se puede resolver”, agregó la jefa del servicio.

Por otra parte, Baselga se refirió a aquellos niños que padecen hipertensión arterial sin ser causada por otras enfermedades de base y dijo: “Hay un pequeño porcentaje de pacientes que tienen la patología, considerados sin causa evidente, porque no presentan enfermedades renales, ni cardíacas, ni metabólicas, ni hormonales”. Y con base en esto, explicó: “Cuando se descartan todas esas posibilidades, se llega a la conclusión de que se trata de una hipertensión arterial esencial que es como la hipertensión que se presenta en adultos, y en este caso, no es una enfermedad que se cure, es decir es crónica, por lo que debe ser controlada y monitorizada permanentemente”.

“Al tratarse una enfermedad que va a atravesar todas las etapas de la vida de la persona, es fundamental considerar que la hipertensión a lo largo de los años va a ir dañando órganos blancos como: la retina, el riñón, el corazón y el cerebro. Por ello, periódicamente estos órganos deben ser monitorizados para controlar el desgaste que se pueden provocar en ellos”, advirtió la cardióloga.
Para finalizar, la doctora Baselga recomendó: “Es muy importante tener en cuenta que, si hay familiares con esta patología, los padres del niño hagan saber al pediatra en la consulta de niño sano, que existen antecedentes familiares de este tipo para que durante toda la infancia el niño sea controlado y estén alertas a los signos de alarma que se pueden presentar”.

Deja una respuesta